lunes, 6 de mayo de 2013

La falta de diálogo social amenaza los convenios

El ejercicio del diálogo social en nuestro país está paralizado. Asistimos, sin lugar a dudas, al periodo más largo sin la búsqueda de acuerdos sociales de la etapa democrática. Desde el Gobierno se busca el debilitamiento de las organizaciones sindicales y también de las patronales, ya que con la desaparición de un interlocutor, en este caso los sindicatos, la función de la contraparte patronal deja de tener sentido.
La negociación colectiva es la expresión más genuina de diálogo social y sus resultados son los convenios colectivos que regulan las condiciones de trabajo económicas y sociales de los trabajadores. En estos momentos se encuentra bloqueada la negociación de más del 50% de los convenios, unos 3.000 convenios de empresa y sectoriales.
Esto puede ocasionar que, a partir del próximo 8 de julio, desaparezcan cientos de convenios sectoriales y de empresa, con unas consecuencias muy duras para los trabajadores, ya que su única referencia será la ley (Estatuto de los Trabajadores y el Salario Mínimo Interprofesional 645,3 euros/mes).
Todo ello llevará a agravar los efectos de la crisis económica, que ha ocasionado una gran destrucción de empleo, una merma de los sueldos y la desaparición de importantes conquistas sociales.
Los Acuerdos Interconfederales del año 2012 establecieron pautas claras para la negociación colectiva, pero no se aplican a pesar de que orientan los incrementos salariales por debajo de la inflación y ofrecen recomendaciones sobre los contenidos que deben recoger los convenios colectivos.
De todo ello se deduce que estos acuerdos no han servido para nada más que para venderle a la cancillera de Alemania, Angela Merkel, una imagen tranquilizadora de España que no evitó, sin embargo, una prima de riesgo desbocada hasta hace cuatro días y una reforma laboral impuesta.
En estos momentos es más necesario que nunca poner en valor la negociación colectiva como elemento que permite medir el grado de salud democrática de nuestra sociedad.
Se trata de un derecho constitucional y cuando se bloquea y se obstaculiza el diálogo social, las consecuencias son enormemente negativas al desaparecer una red que ha permitido ganar en competitividad, estabilidad y seguridad en el trabajo. La negociación colectiva ha facilitado mecanismos de mediación, es decir, un entramado que ha facilitado avanzar y dotar de madurez las relaciones laborales.
Todo ello está ahora en peligro, como si alguien se empeñara en que las relaciones laborales en España regresen al siglo XIX. Como si no hubiésemos aprendido de la experiencia del pasado y del peligro de la desaparición de la cohesión social y de las consecuencias del incremento de las desigualdades sociales.

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